Darius Sasnauskas presenció el nacimiento de dos ciervos en el patio trasero de su casa, cerca del Parque Nacional de Yellowstone (EE.UU). Pero, uno de los cervatillos fue herido y su familia lo dejó atrás porque este no podía seguirlos.

Con este motivo, Darius se compadeció del cervatillo que quedó a merced de los depredadores que merodeaban por la zona (osos, por ejemplo). Así que lo llevó a su casa, lo curó y cuando lo soltó en libertad el ciervo regresaba. Aunque, finalmente, una tarde ya se reunió con su familia.

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