Todo sucedía como en un partido corriente de béisbol en Estados Unidos, donde no podía faltar ¡la mascota! que era un pez.

En uno de los descansos, un jugador se puso a lanzarle la pelota para que el pez mascota se la devolviese. En cierto momento, al jugador se le ocurrió hacer el amago de tirársela ¡terrible error! A la mascota no le gustó nada y, directamente, se tragó al jugador vomitando su ropa y, posteriormente, a él ¡desnudo!