En Navidad las bromas afloran y los abuelos son los primeros en pringar. Ellos que se quedan dormidos cuando ya es algo tarde tienen que sufrir las bromas de los más jóvenes.
Este abuelo está tranquilamente dormido cuando, con cámara en mano, sufre una de las bromas más pastelosas nunca vistas. Menudo despertar… ¿Cómo se lo habrá tomado?