¿Te acuerdas de los perros que se quedaban durmiendo en cualquier sitio? Pues a los gatos, ¡les pasa igual! Cuando están muy cansados no son capaces de resistirse y se quedan dormidos en el primer lugar que encuentran. Y además, de unas formas ¡muy simpáticas!
Algunos se quedan con la lengüita fuera, otros buscan algo que los abrigue… en definitiva ¡están monísimos!